ALERGIAS DE LOS PERROS: QUE DEBES SABER


 

¿Sabías que los perros pueden desarrollar alergias como nosotros? De hecho estas reacciones del sistema inmunitario pueden estar provocadas por numerosos alérgenos. Ayudar a nuestros fieles amigos pasa por poder identificar y tratar estas afecciones. Aquí te contamos algunas ideas que debes conocer sobre las reacciones alérgicas que pueden tener los perros.

 

Uno de los síntomas más habituales son los picores, por lo que si tu perro se rasca repetidamente, puede ser una señal de hipersensibilidad. ¿Pero a qué pueden desarrollar alergias los canes y cómo evitarlas?

 

Índice de contenidos

  1. ¿Cuáles son las alergias más frecuentes?
  2. ¿Cómo podemos identificar sus síntomas?
  3. Un buen diagnóstico: “¿doctor, qué me pasa?”
  4. ¿Qué hacer? Tratamiento y prevención

 

1. ¿Cuáles son las alergias más frecuentes?

Podemos clasificar las alergias en perros por aquello que produce la reacción. De este modo, nos encontramos con:

-        Alergia a la saliva de las pulgas: la saliva que introduce la pulga al picar a un perro contiene unas proteínas que pueden causarle una reacción, ya sea inmediata (unos 30 minutos después) o retardada (incluso hasta dos días después de la picadura). Este tipo de alergia puede darse en perros a partir de 6 meses y a menudo es causada por la pulga del gato, especialmente en perros que tienen un contacto más esporádico con las pulgas.

-        Atopia o alergia ambiental: es de tipo hereditario y el 15% de los perros presenta esta reacción a agentes ambientales. Si tu perro es de alguna de estas razas, es más propenso a verse afectado: terrier, golden retriever, labrador retriever, dálmata, pastor alemán, boxer, setter inglés o irlandés, bulldog inglés y shar pei. Ya sean pólenes, hierbas, ácaros del polvo o mohos, estos alérgenos causan la alergia por el contacto con la piel o el tracto respiratorio.

-        Alergias alimentarias: este tipo de alergia puede darse al tomar durante un largo periodo de tiempo un alimento que contenga proteínas o compuestos proteicos, como son la carne de res, la leche y los lácteos, los huevos, el trigo y el pollo. La reacción puede ser inmediata, tardía o una combinación de ambas.

                                    

2. ¿Cómo podemos identificar sus síntomas?

Los síntomas que se desarrollan en todos estos casos son prácticamente los mismos, por lo que puede ser difícil ofrecer un diagnóstico. Además, debes saber que los perros pueden llegar a padecer más de una alergia a la vez.

El síntoma más frecuente es el picor. En las alergias a las pulgas, afecta sobre todo a la mitad posterior del cuerpo, es decir la parte posterior de la espalda, la grupa, la base de la cola, las patas traseras y el abdomen. Si se trata de alergias ambientales o alimentarias, el tipo de picor es similar, pero se da en la cabeza, las patas, los hombros, el abdomen, el área interna del muslo y las orejas.

En el caso de la alergia a un alimento, además pueden darse síntomas gastrointestinales, como vómitos o dolor abdominal, diarrea, etc.

En las patas y las orejas pueden aparecer también inflamaciones debido a la respuesta inmunitaria ante el alérgeno, que a su vez causan a menudo infecciones en la piel dañada.

3. Un buen diagnóstico: “¿doctor, qué me pasa?”

 

Ante cualquiera de estos síntomas, es necesario acudir con nuestra mascota al veterinario, que hará un diagnóstico adecuado, teniendo en cuenta tanto las características de nuestro perro (raza, sexo, edad, antecedentes) como los síntomas desarrollados (en qué momento empezaron, el lugar del picor, época del año, etc).

 

La detección de la alergia a las pulgas se puede realizar examinando en primer lugar si hay pulgas o excrementos. También pueden ser convenientes una prueba intradérmica inyectando este tipo de alérgeno o un análisis de sangre. En estos casos, un tratamiento antipulgas al perro y el resto de mascotas que convivan puede ser suficiente para acabar con los síntomas.

 

Para diagnosticar una alergia alimentaria, es necesario hacerlo mediante dietas de exclusión, para poder identificar dichos alimentos. Durante unas 8 semanas o más, el perro ha de tomar sólo alimentos que supongan una fuente proteica y de hidratos de carbono que no haya ingerido hasta ese momento, a ser posible comida cocinada en casa. Si durante ese tiempo mejoran los síntomas, volveremos después a darle la comida que tomaba antes de la dieta. La aparición nuevamente de los síntomas nos confirmaría la alergia alimentaria. Una forma de prevenir esta alergia es alimentar a los perros con fuentes proteicas variadas y evitar las carnes exóticas.

 

Por último, puede ser que la reacción de nuestro perro se deba a la atopia, que se determina descartando otras posibles causas de los picores. Para identificar el agente alérgeno, se suelen realizar pruebas intradérmicas observando las posibles reacciones.

 

4. ¿Qué hacer? Tratamiento y prevención

Una vez diagnosticada la alergia que afecta a nuestro amigo de cuatro patas, el principal tratamiento es evitar el contacto, aunque en el caso de la atopia puede resultar difícil. Para calmar y eliminar los síntomas, suele ser necesaria medicación según el tipo de reacción: ya sea un tratamiento antipulgas, glucocorticoides, antihistamínicos, así como tratar las posibles infecciones secundarias. Algunos perros necesitan también una limpieza de oídos periódica y un tratamiento en casos de otitis.

 

Con respecto a la alimentación, los suplementos de ácidos grasos omega 3/6 forman a veces parte también del tratamiento, para ayudar a restablecer la barrera cutánea.

 

En el caso de la atopia cuando se da de forma prolongada, se recomienda la inmunoterapia. Consiste en administrar al perro los alérgenos en concentraciones cada vez mayores, para estimular su sistema inmunitario hasta alcanzar la tolerancia, aunque no siempre es efectivo. También existe un nuevo tratamiento con anticuerpos monoclonales, que capturan la sustancia responsable del picor y la metabolizan como las propias proteínas del cuerpo. Esta terapia está teniendo hasta ahora muy buen resultado y con gran tolerancia.

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